Diosa Perséfone

Perséfone es la diosa griega de la primavera, las flores, las estaciones y la fertilidad. Es hija de Zeus y Deméter. Está casada con Hades, él la raptó y la convirtió en reina del Inframundo contra su voluntad.

Sofía Style, nos cuenta que en la mitología griega, la Diosa Perséfone también es llamada ‘Kore’ que significa ‘Doncella’ en griego.

Hija de Deméter, Madre de la Cosecha, y de Zeus, Padre del Cielo, es la Diosa de la primavera.

Se queda fascinada, desde la inocencia y la espontaneidad de la Doncella, con los brotes nuevos y las flores coloridas que salen de la tierra oscura.

Según la versión más conocida del mito, basada en los himnos homéricos del siglo VII a.C., fue raptada y violada por Hades convirtiéndose en la Reina del Submundo, para pasar allí todos los inviernos.

Su propia decisión

Pero si se investiga un poco , la violación fue añadida después del tránsito de las sociedades matriarcales a las patriarcales .

En vez de ser abducida por Hades en su carro de oro, descubrimos que nace en ella el impulso de bajar al submundo:

Un día, se atreve a entrar en una cavidad profunda en la tierra para conocer el mundo de los muertos y ser iniciada en los misterios femeninos. Alimentándose de las semillas de la granada.

Semillas del granado

Esta acción se relaciona con la primera menstruación y la iniciación sexual. Una vez que coma el fruto rojo, estará eternamente conectada con los ciclos de las estaciones. Mientras tanto Deméter lamentará su ausencia durante el otoño y el invierno, la tierra permanecerá estéril, hasta florecer de nuevo en cada primavera y en cada verano con su retorno.

Este mito cuenta la pérdida de la inocencia de la Doncella, su iniciación al mundo de la mujer y la inevitable individualización de la hija respecto a su madre.

Leyenda de Perséfone para niños según Laura Vélez

«Hubo un tiempo en que todo el año era primavera. La diosa Deméter proporcionaba todo el año campos llenos de cultivos, flores en los jardines, árboles llenos de frutas y un sol radiante. Pero un buen día puso fin a aquella eterna primavera. Fue cuando el dios del mundo subterráneo, Hades, raptó a su hija Perséfone y Deméter se enfureció. Ocurrió así.

Deméter caminaba tranquilamente por un bosque cuando de repente oyó un grito de su hija Perséfone. Deméter corrió a ayudarla pero no le dio tiempo porque cuando llegó junto a ella, vio cómo Hades se la llevaba en su carro hacia su reino subterráneo, un lugar del que decían no se podía salir jamás. Deméter montó en cólera y pidió ayuda al resto de los dioses para sacar a su hija de allí, pero todos le tenían mucho miedo a Hades como para pedirle explicaciones.

-Pues si no me ayudáis a recuperar a mi hija Perséfone, os vais a enterar -dijo enfurecida Deméter. Entonces se cruzó de brazos y dejó de trabajar como diosa de la naturaleza. Los campos se secaron, las hojas de los árboles se cayeron, ya no había flores en los jardines y no dejó pasar el sol. Nadie tenía alimentos para comer y la gente estaba pasando hambre. Así que al resto de los dioses no les quedó más remedio que actuar.

Llamaron al dios del mundo subterráneo, Hades, para que saliera en su carro a la superficie y entre todos tuvieron una conversación. 

– Hades, tienes que devolver a Perséfone – le decían los dioses -porque Deméter está muy triste y no quiere trabajar. La gente está pasando hambre y todos los campos se han secado.

– Perséfone no va a volver -decía Hades– porque del mundo subterráneo solo se puede salir con mi permiso. Y además vive feliz conmigo. 

La negociación parecía difícil, pero al final entre todos los dioses convencieron a Hades para que dejara salir a Perséfone durante 6 meses al año. Ese tiempo podía pasarlo junto a su madre Deméter y luego volvería con él. Hades accedió y dejó salir a Perséfone.

La alegría de Deméter al volver a ver su hija hizo que todo floreciera de nuevo, los frutales, las verduras en las huertas, el trigo en los campos. Entonces llegó la primavera llenándose el mundo entero de color y alegría. La primavera dio paso al verano cuando Deméter y Perséfone disfrutaban en la playa con el calor del sol. 

Pero, ay, Perséfone tenía que volver pronto junto a Hades. Cada año, Perséfone volvía al mundo subterráneo y Deméter se ponía tan triste que las hojas de los árboles se caían, dejando paso al otoño. Y cuanto más tiempo pasaba sin su hija, Deméter se ponía a tiritar de frío y así llegaba el invierno. Pero como la vida es un ciclo, finalmente, la primavera siempre llega».